Fotomultas, una necesidad frente a la desidia

Fotomultas, una necesidad frente a la desidia

El sistema de fotomultas que comenzará a regir esta semana refleja nada más y nada menos que la necesidad de incrementar las sanciones, para evitar que el tránsito de la ciudad de Neuquén se siga cobrando víctimas. Es una realidad inapelable de la que deberían tomar debida nota todos y cada uno de los conductores, muy especialmente aquellos que tienen licencia profesional y ni siquiera cumplen con la básica obligación de respetar las normas.

Durante una de las tantas presentaciones (no exentas de llamados a la reflexión), el subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio, explicó que no se trata de un radar, sino de una estrategia para darle batalla a las contravenciones que más se reiteran y que son en extremo peligrosas. La medida busca erradicar conductas como cruzar el semáforo en rojo, invadir la senda peatonal, usar el teléfono al conducir, estacionar en doble fila y girar en u.

Se trata de faltas cotidianas que ponen en evidencia el desinterés por la seguridad de los demás, que destilan aquellos (y aquellas) que las comenten. A la luz de esa situación, las sanciones (que impondrán los juzgados de Faltas luego de un proceso de comprobación de la culpa) constituyen una consecuencia no solamente lógica, sino también justa.

Hablar o enviar audios por el celular mientras se conduce, desnuda una mezquindad irrefutable, ya que quienes incurren en ella no hacen más que priorizar sus cuestiones personales en desmedro de la vida de los demás. Pasar un semáforo en rojo es, en términos generales, lo mismo.

El municipio ya instaló 46 cámaras para fotomultas (todas ellas en semáforos) y sólo en esta primera etapa se propuso llegar a las 100. Se estima que -a los valores actuales- podrían oscilar entre los 80 mil y los 500 mil pesos. Pero también se dice que podrían superar, con cierta holgura, el millón de pesos.

Los montos no deberían alarmar a quienes cumplen las normas de tránsito y respetan la vida en sociedad. No deberían alarmar, porque es justo que los gastos en cámaras se financien con las sanciones a los infractores empedernidos que, después de todo, fueron (y son) los que obligaron a realizar esta inversión.

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